Escoltada
bajo álamos centenarios y el rumor de las acequias, el acceso a nuestra
localidad, situado en la vega del Genil junto a la desembocadura del
río Cacín, destaca por su relieve suave y uniforme que sólo se
interrumpe en aquellos trazos donde se encajan los arroyos.
Dedicada al olivar y al cultivo de regadío y huertas, conserva un importante sistema de riegos heredado desde época andalusí.
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